Nuevos espacios para la creación en Boedo y Almagro

Pese a las infinitas dificultades que la burocracia impone y la gran responsabilidad que conlleva el tener un espacio abierto al público, contra viento y marea, cada vez son más los creadores teatrales decididos a tener su sitio. Si ya Virginia Woolf reivindicaba la necesidad de tener un cuarto propio a la hora de escribir, no cabe duda de que el hecho teatral que implica un trabajo en grupo, el descubrimiento y la transformación de lo que nos rodea y una gran generosidad en el uso de todos los recursos al alcance, se desarrollará con mayor libertad, compromiso y continuidad cuando tiene lugar entre cuatro paredes que considerar propias.
El Clarín de hoy publica la siguiente nota al respecto, donde se habla de las experiencias de Inés Saavedra, Daniel Veronese, Lisandro Rodríguez y Claudio Tolcachir entre otros. Todos ellos directores que convirtieron su casa en sala de teatro.


El caso de Tolcachir es uno de los más interesantes. Los que vieron nacer Timbre 4, la sala ubicada al fondo de un PH en Boedo donde se estrenaron éxitos del off como Jamón del Diablo o La omisión de la familia Coleman, han visto como su casa crecía imparable en estos años, no sólo por la continuidad de producciones apoyadas por una afluencia de público donde el boca a boca funciona como moneda de cambio, si no también por el fructífero desarrollo de una escuela de actores que hoy se encuentra entre las más importantes de la ciudad. Por si fuera poco, como adelántabamos hace un tiempo, Timbre 4 se ha expandido sin cambiar de barrio, en la misma cuadra, ahora sobre la calle México. Los fundadores de teatro descubrieron allí una antigua fábrica de muebles que dos años después está abriendo sus puertas como nuevo espacio: una sala para ciento ochenta espectores, nuevas aulas e incluso un bar restaurante en el que, entre otras cosas, están aún presentes varios de los bancos de carpintero de la fábrica, restaurados como mesas. Todo está listo para recibirnos, de hecho, los primeros espectadores ya pudieron ver el pasado fin de semana La omisión... con una puesta sutil y eficazmente modificada para esta nueva sala, su segunda casa en Buenos Aires después de año y medio de gira internacional.

La web http://www.timbre4.com/ ofrece información sobre la escuela, el teatro y próximos estrenos.


Otro barrio próximo que está de enhorabuena es Almagro. En breve abrirá sus puertas La Carpintería Teatro, sí, otra carpintería convertida en teatro. Las jóvenes emprendedoras de esta hazaña son las actrices Gabriela Irueta, Alejandra Carpineti y Sol Tester. Las tres, casualidad o no, antiguas alumnas de Timbre 4.

La inauguración está prevista para el 8 de junio y el lugar funcionará también como centro docente y generador de creaciones propias. Cuenta con una sala para ciento diez espectadores y las obras programadas son la mejor tarjeta de presentación y habla muy bien de la juventud de su equipo directivo. Estarán en cartel: Nada del amor me produce envidia de Diego Lerman, Mi vida después de Lola Arias, Todo de Rafael Spregelburd y, dando lugar a nuevas dramaturgas, estrenarán Vanina Montes con Voces en la bruma y Verónica López Olivera y Corazones Salvajes.

Su web: http://www.lacarpinteriateatro.com.ar/

No dejen de conocer ambos lugares. Seguro que encontrarán más de una razón para volver.

Timbre 4, con sede en Boedo 640 y México 3554.
La Carpintería Teatro, Jean Jaures 858.