Cineastas

La vida como escenario del eterno drama de nuestras vidas. Ese donde el director brilla por su ausencia y se multiplican los imprevistos, los despropósitos, personajes cada vez más confusos que nunca sabemos qué piensan y ni siquiera el consuelo de una buena fotografía con la que aliviar nostalgias.

Mariano Pensotti construye en Cineastas un argumento calideoscópico donde la ficción presentada se multiplica y fuga hacia nuevos universos ficcionales. Los personajes, directores de cine con mayor o menos éxito en su quehacer profesional, viven atrapados entre la película que necesitan hacer y sus vidas. La película que necesitan hacer no es necesariamente la que desean y, finalmente, termina siendo apenas la que pueden permitirse.

Cineastas es una obra llena de interrogantes atractivos sobre nuestro endeble conocimiento del mundo y nuestros torpes y contradictorios modos de manejarnos en él. En el programa cuestionan: ¿Nuestras ficciones reflejan el mundo o es el mundo una proyección distorsionada de nuestras ficciones? Sobre esa pregunta se van desarrollando los argumentos de cuatro historias de directores posibles donde vida y obra rozan por momentos ese estado desmedido del absurdo donde todo parece ser posible.
No es frecuente que el teatro elija el cine como tema. A menudo reina el desentidimiento entre ambos medios, sus diferentes naturalezas los oponen haciéndolos irreconciliables para muchos. Cineastas viene a recordarnos que no hay límites formales o estructurales. Cualquier cosa puede abordarse desde el escenario. Sólo hay que encontrar una manera de contar.

Pensotti ya exploró en profundidad algunos de los pilares constructivos de esta obra en El pasado es un animal grotesco. Ambas comparten la solida voz en off que los actores, micrófono en mano, sostienen en paralelo a las escenas. El narrador omnisciente está presente y goza del privilegiado punto de vista del que carecen los personajes. El off cinematográfico se interpreta en vivo y Pensotti logra que el recurso se subraye en ocasiones como enlace entre las ficciones, dándole así una interesante vuelta de tuerca técnica a la apuesta narrativa con la que desafía a la platea.

También comparten El pasado... y Cineastas la importancia dada a la escenografía. Lo que en aquella fue una suerte de calesita sobre la que aparecían y desaparecían los distintos espacios escénicos, ahora se convierte en una rotunda estructura de dos planos donde conviven todas las ficciones: en la parte inferior, las vidas de los creadores, en la superior, el confuso y voluble estado de sus creaciones.

Todos los mecanismos inaugurados en El pasado es un animal grotesco han sido afinados sutilmente logrando importantes mejoras que favorecen el intrincado despliegue argumental logrando por momentos un intenso ritmo que nos obliga a elegir dónde y qué mirar, qué historia seguir, en qué plano de la ficción situarnos. De esta manera la platea experimenta en carne propia algo de ese estado creativo que la obra expone, componiendo su propia edición de Cineastas.

Cineastas

Actúan: Horacio Acosta, Elisa Carricajo, Valeria Lois, Javier Lorenzo, Marcelo Subiotto.
Vestuario y escenografía: Mariana Tirantte.
Iluminación: Alejandro Le Roux.
Diseño sonoro: Diego Vainer.
Audiovisuales: Agustín Mendilaharzu.
Música: Diego Vainer.
Fotografía: Nora Lezano.
Asistencia de escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez, Maria Victorel.
Asistente de producción: Gabriel Zayat.
Asistencia de dirección: Leandro Orellano.
Coreografía: Luciana Acuña.
Dirección: Mariano Pensotti.

De jueves a domingo en el Teatro Sarmiento.