Yago Ferreiro












Escritor







Foto: Jr Vega



¿Cómo te definís profesionalmente? 

Estupendo camarero a tiempo completo y escritor mediocre a tiempo parcial.

¿Sabés por qué te dedicás a esto?

Entiendo que algo duele y que algo habrá que curar.  

¿Qué disciplinas resultaron fundamentales en tu formación?

El cine, principalmente. Si me diera el talento me dedicaría a escribir guiones y producir películas diminutas que harían felices a mis amigos. Como no, me quedé con la literatura, que es una novia bastante fea pero muy simpática.  

¿Qué es lo más útil que te ha enseñado tu trabajo?

No importa el resultado, no importa el camino, no importa la trayectoria, todos los días son el día primero. 

¿Y lo más hermoso?

No hay nada bonito en escribir, si fuera hermoso escribir se vendería en las tiendas. 

¿Cuáles considerás que son tus principales fuentes e influencias creativas?

Soy una esponja, me seduce cualquier literatura que me resulte sincera al tacto.  

¿Qué es lo que más te duele a la hora de ejercer tu vocación? 

La cantidad de escritores que no sienten mayor vocación que la de trepar y trepar, los escritores funcionarios, los que buscan un estatus a través de la literatura. Como en cualquier trabajo, lo que más me molesta es soportar a mis compañeros de oficina. 

¿Crees haber sacrificado algo importante para dedicarte a esto?

Más bien he sacrificado la poca literatura que llevo dentro para intentar sobrevivir regentando un bar* que, paradójicamente, da deudas.  

¿En cuántos proyectos laburaste el año pasado?

El año pasado no produje ni una sola página de literatura, pero participé en diversos fanzines perpetrando diversos textos bajo pseudónimo que no llegaron a nada. 

¿Cuántos te esperan ahora?

Entiendo que en año par algún editor me escribirá para publicarme un libro y que yo aceptaré sin problema. 

¿Cuál es el proyecto al que dedicaste más tiempo hasta la fecha?

No tengo mucha voluntad y si veo que la cosa no tira desisto rápido así que podría decirse que dediqué más tiempo a Antología de la poesía espectacular ** aunque sólo sea porque Poética para cosmonautas lo escribí en apenas 3 noches.

¿Vivís de lo que amás o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas?

A pesar de llevar desde los 18 años trabajando en diversos oficios me sustento gracias a ir saltando de beca en beca, la que más me viene durando es la Dolores Molina, que es una beca que me da mi abuela. 

¿Con qué otras artes te relacionas habitualmente?

Durante años me dediqué solo a la literatura y sus contornos, desencantado de esto y desde que tengo el bar, 2012, he ido aparcando el conocimiento de poetas y novelistas y me relaciono fundamentalmente con músicos. Sus egos se camuflan bastante mejor, en general y suelen cobrar por su trabajo lo que despeja de sus frentes la palabra frustración.   

¿Qué es lo más absurdo que has hecho por amor al arte? 

Firmar a mi nombre pagarés para que a otro le subvencionaran con dinero público. 

¿Hay algo que no volverías a hacer? 

Firmar a mi nombre pagarés para que a otro… eso nunca más, gracias. 

¿Qué estás leyendo? 

Ahora tengo un montón de libros empezados. Lo último que leí y que recuerdo con gratitud infinita fue 10:04 de Ben Lerner. 

¿Qué autores recomendás siempre?

Francisco Casavella, Luis Rosales, Nacho Abad. Basta. 

¿Qué películas volvés a ver una y otra vez? 

El apartamento de Billy Wilder. Vértigo de Hitchcock. 

¿Qué artistas – de cualquier ámbito - te resultan imprescindibles? 

No soy una persona mitómana así que me cuesta usar el término imprescindible. No podría concebir el mundo sin música, sin embargo. Cualquier músico me parece imprescindible.  

¿Qué buscás en la gente con la que elegís laburar?

Que sean honestos, que aparten el ego, que no jodan con el dinero, que sean profesionales, que no engañen a su público.  Sigo buscando.

¿A qué profesionales de tu ámbito seguís de cerca? 

No tengo particular entusiasmo por ninguno de mis colegas. No creo en las camarillas.   

¿Con quién hablás sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza? 

El corazón es un cazador solitario y el del escritor lo es aún más. No confío en la adulación excesiva ni en el crítica despiadada. Es imposible no recibir una u otra así que mejor no preguntar a nadie y tirar hacia adelante. 

¿Pedís subsidios para tus proyectos? ¿A qué instituciones? 

No. Los pedí y lloré y supliqué cuando era adolescente y pensaba que el estado era mi padre. Ahora me lo tomo todo con más seriedad. 

¿Hay algún viaje que marcara un antes y un después en tu trabajo? 

No soy proclive a la creación en un viaje, me agota y me perturba. Sin embargo mi último poemario Antología de la poesía espectacular se fraguó en Vietnam, donde viví durante 9 meses y 3 días. Más que un viaje, por otra parte, fue como estar en la cárcel así que bien. 

¿Cuándo te das cuenta de que tenés un nuevo proyecto entre manos?

Por suerte o por desgracia mis proyectos suelen surgir como encargos, no tengo especial necesidad de publicar y todos mis libros han sido encargados por diversas personas, editores, amigos y etc. 

¿Sentís que tenés un sistema personal de trabajo?

No, en absoluto. Escribo de pie.  

¿Qué hay en tu lista de cosas pendientes?

Me gustaría mucho poner en marcha un cine en un pueblo de la costa catalana. Más sueños no tengo.  
¿Tenés un panorama claro de lo que vendría siendo tu trayectoria?

Un horror, sin duda. Tropiezos que se encadenan y de pronto una fama desmedida. Después un largo silencio y ahora un desierto. Espero la próxima parada, esto es: la nada.

¿Qué es lo que más te preocupa en tu futuro?

Que se muera la gente a la que quiero.  

¿Qué hacés cuando no estás trabajando? 

Aburrirme, pensar en trabajar, trabajar a escondidas. 

¿Si no te dedicaras a esto qué estarías haciendo?

Ser feliz, particular y extrañamente feliz. 




* Bar Belmondo