Javier Vicedo Alós


Poeta y dramaturgo


¿Cómo te definís profesionalmente?
Un titubeo prosigue siempre a esa pregunta.
¿Sabés por qué te dedicás a esto?
Porque no me interesa otra cosa.
¿Qué disciplinas resultaron fundamentales en tu formación?
La filosofía, la jardinería, el silencio, el mar, el aburrimiento, la muerte, la noche.
¿Qué es lo más útil que te ha enseñado tu trabajo?
Que no se debe esperar nada.
¿Y lo más hermoso?
Que lo inútil es útil para algunos.
¿Cuáles considerás que son tus principales fuentes e influencias creativas?
El cine de los hermanos Coen, de Malick, de Wenders, de Herzog, de Reygadas. Los poemas de Valente, de Fabián Casas, de Juarroz, de Cernuda. El teatro de Beckett, de Lagarce, de Alejandro Ricaño, de Rodrigo García. La narrativa de Zambra, de Julio Ramón Ribeyro, de Félix Romeo, de Carver. La obra de Hopper, de Joan Mitchell, de Esteban Vicente, de Giacometti. La fotografía de Yamamoto, de Todd Hido, de Castro Prieto, de Misrach. La música de Beethoven, de Arcade Fire, de Sam Cooke, de los Byrds, de Alabama Shakes, de Brahms. ¿Sigo con la pedantería?
¿Qué es lo que más te duele a la hora de ejercer tu vocación?
El pasado.
¿Crees haber sacrificado algo importante para dedicarte a esto?
El pasado.
¿En cuántos proyectos laburaste el año pasado?
En tres.
¿Todos llegaron a mostrarse o estrenarse?
Sí.
¿Cuántos te esperan ahora?
No se debe esperar nada.
¿Cuál es el proyecto al que dedicaste más tiempo hasta la fecha?
¿Cómo lo recordás? 
Lo recuerdo como un camino hacia dentro.  
¿Vivís de lo que amás o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas?
Soy camarero. De manera snob se puede decir bartender. De manera estúpida coctelero del drama.
¿Con qué otras artes te relacionas habitualmente?
Poesía, pintura, fotografía y música.
¿Qué es lo más absurdo que has hecho por amor al arte?
Exponerme.
¿Hay algo que no volverías a hacer?
Ir a una Feria del Libro a firmar ejemplares. A uno no le tiran cacahuetes pero casi.  
¿Qué estás leyendo?
A Jergović.
¿Qué autores recomendás siempre?
A Ribeyro, a Cernuda, a Cioran, a Fabián Casas.
¿Qué películas volvés a ver una y otra vez?
Fitzcarraldo, American Beauty, The man who wasn’t there, Paris, Texas, A straight story, Lost in Translation, El árbol de la vida.
¿Qué artistas – de cualquier ámbito - te resultan imprescindibles?
Los mismos que mencioné en las influencias.
¿Qué buscás en la gente con la que elegís laburar?
Lo primero que sean buenas personas. Después que entiendan que todos aportan.
¿A qué profesionales de tu ámbito seguís de cerca?
A los de mi generación.
¿Con quién hablás sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza?
Odio hablar sobre lo que estoy haciendo. Mando los textos cuando ya casi están terminados a un círculo muy reducido de amigos.
¿Pedís subsidios para tus proyectos? ¿A qué instituciones?
Una vez obtuve una beca del Ministerio de Cultura español. También de una fundación privada, la Antonio Gala. Esa última determinó mi vida.
¿Por qué?
Porque todos necesitamos dinero para comprar tiempo.
¿Por qué vivís en Madrid?
Por la gente que vive aquí.
¿Hay algún viaje que marcara un antes y un después en tu trabajo?
Muy pobre ha de ser uno si los viajes no modifican nada de su estructura mental.
¿Cuándo te das cuenta de que tenés un nuevo proyecto entre manos?
Cuando estoy escribiendo y pierdo la referencia del tiempo.
¿Sentís que tenés un sistema personal de trabajo?
¿Las supersticiones y manías cuentan como sistema?
¿Qué hay en tu lista de cosas pendientes?
Vivir en cualquier otra parte, hacer cualquier otra cosa.
¿Tenés un panorama claro de lo que vendría siendo tu trayectoria?
El otro día a raíz de una charla que tuve que dar percibí durante dos segundos un atisbo de coherencia. Fue magnífico.
¿Qué es lo que más te preocupa en tu futuro?
No se debe esperar nada.
¿Qué hacés cuando no estás trabajando?
Soy un bicho social.  
¿Si no te dedicaras a esto qué estarías haciendo?
Cualquier cosa que tenga que ver con hacer preguntas.